Siempre se sentaba en aquel banco donde se habían dado su primer beso, pese a que vivía bastante lejos de allí, todos la tomaban por loca, pues ella jamás dejó de ir aunque lloviera o aunque estuviera enferma.
Pero él jamás volvió, y ella se cansó de esperar.
Ahora sólo vive, mira hacia adelante y no se detiene a mirar el pasado, eso sería demasiado doloroso para ella. No quiere abrir otra vez una herida que cree sanada. Ya no quiere esperar más, odia desperdiciar el tiempo, y ya ha desperdiciado bastante.
Ahora, por fin, sus ojos volvían a brillar.
Ahora sólo vive, mira hacia adelante y no se detiene a mirar el pasado, eso sería demasiado doloroso para ella. No quiere abrir otra vez una herida que cree sanada. Ya no quiere esperar más, odia desperdiciar el tiempo, y ya ha desperdiciado bastante.
Ahora, por fin, sus ojos volvían a brillar.