jueves, 28 de noviembre de 2013

Por una lágrima

Estás rodeada de personas, pero te sientes sola. Porque sabes que te falta algo, o mejor dicho, que te falta alguien. Esa persona que te hace reír aún en la distancia, con la que te gustaría levantarte cada mañana y pasar el día hasta que la noche os consuma entre besos. Si al menos supieras que a él le pasa lo mismo... Podrías soportarlo todo.

Pero no lo sabes. No tienes ni la más mínima idea aunque haya dejado caer algún detalle. Porque a ti nunca se te escapan los detalles cuando se trata de asuntos del corazón. Eres demasiado sensible como para no preocuparte por las personas que te llenan el corazón.

A veces, y sólo a veces, piensas en abandonar cuando los miedos te consumen tanto que eres incapaz de respirar. Con lo fácil que es hacerte feliz y la absurda manía que tiene la vida de complicarlo todo, ¿verdad? Es tan estúpido e injusto que lloras, la rabia te hipnotiza y no paras de hacerte miles de preguntas. Pero las respuestas no las has encontrado, y tampoco te has esforzado en buscarlas. En el fondo te gusta ser de esas personas que cada vez lloran más y ríen menos. Pero tú has de comprender que no has nacido para eso. Porque exprimes cada gota de felicidad que llega a tu vida. El problema es que no sabes cómo hacer que, en vez de una gota, llegue un río o un mar de felicidad. Así no tendrías que exprimirla tanto para que te dure más tiempo.

Y sabes que ese día acabará llegando. Tarde o temprano (quisieras pensar que más temprano que tarde) llegará. Y serás completamente feliz.

Causalidades.

- Puedo parecer todo lo dura que quieras, ¿pero sabes? No soy nada de eso. Simplemente sé recuperarme cuando me dan un golpe porque me retiro a tiempo para lamerme las heridas, no me quedo luchando incesantemente hasta que las fuerzas me fallen, porque entonces mostraría mis debilidades. ¿Y qué pasaría después?

- Todo el mundo vería que puede hacerte daño, y ten por seguro que lo harían.

domingo, 23 de junio de 2013

Asesinos de cerebros.

Desde pequeños nos enseñan a odiar la poesía a base de obligarnos a estudiar su estructura, su métrica, la vida de sus autores y mil chorradas más. Nunca se molestaron en enseñarnos a leerla, a crearla, a valorarla y comprenderla. Éste es uno de los grandes errores de la educación actual, que jamás nos enseñan, sólo nos hacen memorizar cifras, datos históricos y un sinfín de pamplinas que nos hacen ver el arte como algo obligado. No nos enseñan a utilizar nuestra imaginación y a sacarle el máximo partido, sólo nos enseñan a seguir sus malditas normas, sin poder cuestionar ni una sola. "Calla, escucha, aprende y obedece" parece ser el lema, el patrón seguido por estos asesinos de la imaginación, la libertad y la verdadera educación. ¿Cuándo vamos a decir adiós a este holocausto del libre pensamiento? La poesía es bella en toda su esencia, y tenemos que dejar de lado este fascismo para pasar a enseñar verdadero arte. La poesía se aprende creándola, no estudiando su forma. ¿Acaso un escultor aprendió su oficio leyendo la vida de otros escultores, leyendo sobre los tipos de esculturas que hay? Se aprende a base de esfuerzo, de práctica y de constancia. Es triste ver cómo nace un poeta y cómo su paso por estos "centros de lavado de cerebro" le convierten en un borrego más. Cambiemos la educación para cambiar el mundo, no queremos borregos, queremos personas libres.

jueves, 16 de mayo de 2013

Sonríe.

Es más fácil sonreír cuando no estás constantemente centrada en que alguien camine al mismo ritmo que tú, cuando simplemente te dedicas a vivir y a experimentar, a disfrutar de cada pequeño detalle, admirando hasta el más simple de ellos. En eso consiste la felicidad, en no depender de nada ni nadie, en mirar una hoja caer de un árbol y que te vuelva a pintar la sonrisa que una vez te borraron.

Nunca vas a aprender.

¿Qué es el pasado, sino un mero recuerdo de nuestros triunfos y nuestras derrotas? Nos empeñamos en recordarlo como si aún viviéramos en él, impidiendo que avancemos hacia el futuro, que nos espera cada vez más ansioso. ¿No te das cuenta de que si te aferras al pasado, el futuro nunca existirá?

martes, 23 de abril de 2013

Volver a empezar.

Si con solo cerrar los ojos se pudiera empezar de cero, nos pasaríamos la vida entre parpadeos, tratando de reparar errores y borrar desamores. ¿Pero es que acaso errar no es humano? Más humano es perdonar, eso sí.

Dudas.

Otra vez me encuentro sin poder dormir, con el pasado revoloteando por mi cabeza como cientos de pájaros, de mil tamaños y colores. Otra vez estoy frente al papel y tengo tanto que decirle que al final las palabras me ahogan... ¿Por dónde empezar? ¿Qué debo decir?

Dudas, siempre dudas. Se instalan silenciosas en tu interior y cuando te das cuenta de que están ahí ya llevan demasiado tiempo como para atreverte a echarlas. Bastante fuertes son, pero encima las alimentamos de nuestros miedos. ¿Por qué nos pasamos la vida temiendo tanto y amando tan poco? ¿Es que acaso no hay una manera de ser feliz dentro de tanto desastre? Puede que sí la haya, pero no es fácil encontrar la felicidad. Muchas veces la tenemos delante y no somos capaces de verla hasta que desaparece, y otras veces le damos la espalda de tal forma que por mucho que lo intente, no nos daremos la vuelta para observarla.

Y vuelve a asaltarme un aluvión de preguntas que no sé responder, y a veces creo que prefiero no conocer la respuesta.

miércoles, 17 de abril de 2013

La película de mi vida

Y es que este a veces parece el cuento de nunca acabar. Cuando crees que por fin la suerte da un giro inesperado y te sonríe, resulta que no era sino otra burla más, por ser tan ilusa y creer en ella, que es libre como el viento, impredecible, que hace y deshace a su manera sin seguir ningún tipo de normas.

"Sólo debes creer en ti misma" me dice ella antes de seguir un rumbo desconocido, pero desde luego alejado de mi. ¿Y cómo creer en mi misma cuando hasta la suerte me abandona?

Supongo que esto de creer en uno mismo es como la fe: ciega y estúpida, pero fuerte e inquebrantable a la vez. No sabes si realmente tienes motivos para tener fe, pero la tienes. Iguales son las bases para creer en uno mismo, ciegas, pero fuertes. Quizá sean más difíciles de lograr, porque son las más reales y las más importantes a la vez, pero se puede.

Y tras mucho reflexionar decidí creer un poco más en mi y un poco menos en los demás. Al fin y al cabo, ¿no es éste mi camino y mi vida? Los demás son meros espectadores, no voy a darles el papel de protagonistas en la película de mi vida.

jueves, 11 de abril de 2013

Corazones rotos.

La vida no siempre nos da lo que deseamos, lo que anhelamos. Y nosotros pataleamos, nos enfadamos y perdemos los papeles, la maldecimos una y mil veces porque no es como a nosotros nos gustaría que fuera, porque no cumple nuestros caprichos y mucho menos se acerca ni de lejos a nuestras expectativas. Pero, con el tiempo, cuando echas la vista atrás, te das cuenta de que la vida es como una madre... A veces te quita cosas para que no te hagas daño con ellas, porque en el fondo solo quiere protegerte y enseñarte, por muy duras que puedan llegar a ser sus enseñanzas. 

Siempre he querido ser de esas chicas que viven la historia de amor perfecta, y cada vez que me acercaba a mi sueño, algo me lo arrebataba y me quedaba sola otra vez, pero siempre me levantaba y volvía a luchar con más fuerza. No me daba cuenta del error que significa luchar por una causa perdida, como es el amor perfecto. Que el amor viene y se va, que es caprichoso y nosotros jamás lograremos dominarle. Simplemente debemos buscar alguien con quien queramos compartir nuestros secretos más íntimos y nuestras vivencias, con quien queramos pasar tanto tiempo como sea posible. Debemos vivir el día a día y ser felices, que el mañana ya vendrá y nadie sabe lo que nos deparará. 

jueves, 7 de febrero de 2013

El mundo en una gota de agua.

Hoy llueve. A través del cristal observo cómo la lluvia cae y choca sin miedo contra el suelo, para luego filtrarse en miles de escondrijos a los que sólo el agua puede acceder. Y en el fondo de mi alma atisbo algo que inmediatamente identifico como envidia. Qué suerte tienen esas gotas de agua, que caen del cielo y dondequiera que llegan siembran la vida (y también la muerte, porqué no). Sin más ataduras que el devenir del viento que las empuja de aquí para allá.

Continúo admirando el paisaje y me fijo en una gota de agua que resbala por el cristal y que parece competir con el resto por llegar la primera al borde del mismo. ¿Qué hace diferente a una gota de agua del resto de gotas? ¿por qué nos quedamos embelesados mirando una gota concreta cuando no parece diferente a las demás? Algo hay en esa pequeña gota que me hace fijarme en ella más que en las demás.

De pronto me percato de que, la diferencia no estaba en su forma, tampoco en su color o su composición, la diferencia se hallaba en su reflejo. A través de él, podías observar el mundo con los ojos de quien lo ha visto todo y no le teme a nada.