miércoles, 22 de diciembre de 2010

En el suelo

Todo cambia y no puedes evitarlo. Es la frustración de saber que todo se ha perdido y no se podrá recuperar jamás.

- Vaya una mierda - digo mientras pateo una botella.

El odio es lo único que me mueve, porque es lo único que queda dentro de mí. Prefiero estar llena de odio a estar vacía por dentro.

Me estoy aficionando a esto de odiar, aunque no me haga bien. ¿De qué sirve amar cuando acabas destrozada? ¿De qué sirve llorar por alguien que no ha llorado nunca por ti? Es lo que pasa cuando te enamoras de alguien que no siente lo mismo por ti.

Es el mayor tiempo que he estado mal de toda mi vida, y quieras o no eso te repercute al final. Y tanto daño me ha hecho que me he podrido por dentro.

Ahora no me importa una mierda morir joven, no me importa una mierda llegar a los 40 años con el hígado destrozado. Y no me importa porque ya nada me importa.

Así que el mundo ha cambiado para mi, este ha sido el último verano de mi antigua vida. Y esta es la tercera vez que cambio de vida.

¿Cuándo se dará la cuarta?

lunes, 20 de diciembre de 2010

Fdo: mi corazón.

Odio que mi vida se base en giros de 180º, porque unos me hacen avanzar y otros me hacen retroceder.
Algún día aprenderé a conseguir mi propia estabilidad.
No me digas palabras que me creen una falsa sensación de una seguridad que ni tú mismo tienes.
- Te quiero, ¡no lo olvides! - me dijiste un día al despedirte.
Y yo no lo he olvidado.
¿Y tú? ¿Lo has olvidado? 

Goodbye

Es muy difícil mirar a mi alrededor con tanta oscuridad. Sobretodo cuando no estás para protegerme. Porque quieras o no, cuesta caminar sola, cuesta ver lo que antes veíamos juntos.

No hace falta que vuelva a gritarte que te echo de menos, ni que tú me vuelvas a gritar que me quieres pero que no podemos estar juntos. Eso ya lo sé. Lo que me gustaría es escribir una historia nueva, borrar todo el pasado y empezar de cero. Es algo imposible, una utopía, pero me habría encantado vivirla junto a ti.

Ya no quiero volver la vista hacia atrás, para ver todo lo que perdí. Porque eso sólo me hace tratar de recuperarlo, de caer una y otra vez. Puesto que a cada paso que doy en este puente, las tablas se van rompiendo tras de mi.

Odio las utopías, odio el amor, odio el pasado y me odio a mi misma por no haber sabido mantenerme en mi sitio, por dejar que me hundieras una y otra vez. Pero ahora he encontrado un cuaderno vacío en el que puedo escribir una nueva historia, y esta vez tal como yo quiero. Sólo espero tener fuerzas para hacerlo y que no me vuelvas a hundir, que no vuelvas a aparecer en mi vida.

Y sólo quiero gritar: lárgate de una vez.

martes, 7 de diciembre de 2010

Ruleta

Quizá harta de tanto pesimismo decidí sonreír a la vida y esperar que ella me devuelva la sonrisa. Sólo espero darte los buenos días cada mañana y que tú estés ahí para recibirlos. Me gustaría ir a dondequiera que tu vayas, pasar a tu lado todos los días de mi vida. Tomar café juntos por la mañana y ver algún estúpido programa lava-cerebros por la noche y reflexionar sobre lo que pasa en el mundo. Contradecirnos a nosotros mismos y darnos la razón a la vez. Porque, en el fondo, este es el regalo que nos gustaría que la vida nos hiciera, y el regalo que esperamos con ansias, mientras vamos rebuscando entre mil cajas vacías hasta hallar dentro de una de ellas la correcta y por fin encontrar un poco de esa felicidad que tanto deseamos.

Only a chapter.

Mis ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, a no saber dónde estaba, si arriba, si abajo, si iba en el camino correcto o no hasta que llegaste tú. Fuiste una luz que iluminó mi vida, que hizo que mis ojos recuperaran la visión y que pudiera divisar el camino de vuelta. Pero te fuiste y te llevaste toda esa luz, y ahora mis ojos intentan acostumbrarse de nuevo a la oscuridad, es algo muy difícil cuando tienes otras cosas de las que preocuparte, como lamerte las heridas.

- Lo siento mucho - me dices mientras apagas la luz

Entre lágrimas te suplico que no lo hagas, que no te vayas, que no desaparezcas de mi vida, pero tú ya estás caminando en dirección contraria y si te sigo me perderé aún más entre las tinieblas.

Aún sin creérmelo me derrumbo en el suelo. Te has ido, y esta vez para siempre.  Ni siquiera me ofreces tu mano para levantarme del suelo, tampoco te molestas en indicarme el camino de vuelta y no me has dicho ni adiós. Simplemente te has dado la vuelta, y con una burda disculpa a modo de despedida, te has marchado.

Te echaré de menos, sin duda. Y ahora debo acostumbrarme a la oscuridad o buscar una luz perdida en el vacío y correr tras ella, esperando que me indique el camino de vuelta o quedarme con ella y que no me abandone como has hecho tú.

La rabia me inunda y grito mil y una veces que te odio. En todas y cada una de ellas miento