miércoles, 7 de noviembre de 2012

Sentimientos correspondidos.

Tras tantas lágrimas, tanto dolor, tanta desesperación por fin te encontré. Cuando creía que mi corazón no podría volver a amar, que ya había perdido la razón de existir y que no me quedaba nada por lo que luchar, apareciste tú. Eres mi ángel, mi salvador. Me has dado todo lo que nadie ha podido darme, y me has hecho sentir la persona más feliz del mundo. Ahora todo el dolor no es más que un vago recuerdo de un pasado que solo me sirvió como aprendizaje, para que el día que aparecieras, supiera que eres el amor de mi vida.

Pequeños detalles.

Me miras a los ojos y yo me paralizo. Comienzo a balbucear y miro al suelo buscando desesperadamente algo que decir. Mis mejillas se vuelven cada vez más sonrosadas y tú sonríes porque sabes que es gracias a ti. Me acaricias el pelo y yo tiemblo, nunca antes me había sentido así con nadie. Y justo cuando me besas me derrito, se me va el mundo, me olvido de todo. Solo estamos tú y yo.

Tú y yo.

True love never dies.

- No hay nada más bonito que amar y ser correspondido - me dices con una sonrisa pintada en los labios, como si lo supieras todo y a la vez no supieras absolutamente nada.

- Quizá tengas razón, pero muy poca gente tiene el placer de vivir esa experiencia. La experiencia de acostarte por la noche a su lado y combatir el sueño solo para ver como duerme, para contemplar su rostro durante un poco más de tiempo. De levantarte por la mañana con una sonrisa pintada en los labios porque lo haces al lado de la persona con la que quieres  pasar el resto de tu vida.

Y saber que esa persona también quiere estar a tu lado, que siente lo mismo... Es, sencillamente, lo mejor.