jueves, 24 de diciembre de 2009

Quien se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado.

Cuando alguien se va de tu vida, sin más, te hace mucho daño, te destroza la vida.... Tiempo después, lo olvidas.
Cuando para tí ya no significa nada, cuando es indiferente, cuando te da igual todo lo que le pase.... Vuelve. Vuelve sin más, como si no hubiera pasado nada, como si nunca te hubiera hecho daño... Lo peor es que está completamente seguro de que le perdonarás. Obviamente no le perdono, ya no es nada para mí, además, me hizo mucho daño en su tiempo.... Veo su cara de sorpresa (y no voy a negar que me encantó) cuando le digo tres palabras:
- No te quiero.
- ¿Por qué?
- Porque has destrozado todo sentimiento que ha habido en mí. El amor que una vez sentí por tí murió. Murió por tu culpa.
- Un sentimiento tan fuerte no desaparece sin más.
- Es obvio que no desaparece.... A menos que hagas algo para que se vaya... A menos que lo destruyas.
- Te quiero, ¿es que no lo entiendes?
- Pues yo a tí no, y no, no lo entiendo.
- No puedes hacerme esto... Me estás rompiendo el corazón...
- Ahora ya sabes lo que se siente.

Cuando todo termina, cuando muere un sentimiento, no hay nada que hacer para recuperarlo.



Nunca hagas daño a alguien,
no sabes el daño que éste puede hacerte a tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario