sábado, 17 de diciembre de 2011

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Vivías sin problemas, sin la menor convicción. Y te sentías tan feliz en aquella vida, que ni te dio tiempo de prepararte para los palos que la misma te preparaba. Cuando te abrió la puerta, el golpe fue tan fuerte que tuviste que comprender la lección tan rápido que no pudiste soportarlo.

¿Por qué no puedes volver a aquella vida de inocencia?

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