martes, 16 de noviembre de 2010

XXXI

¿Que si te echo de menos? Puede ser que lo haga, pero tú decidiste y eso implica que cierre mis sentimientos para que no puedas verlos, para que no me hagas daño ni te aproveches del amor que sentí por ti.
Al fin y al cabo, las heridas aún están cicatrizando y mi corazón está re-ordenando el caos que provocaste cuando te fuiste. ¿Por qué me prometiste que no me ibas a hacer daño? Definitivamente, odio las promesas. Odio tus promesas.

¿Sabes que yo antes no sentía odio, verdad? Hablábamos muchas veces de eso, cuando yo te decía que no entendía porqué sientes tanto odio, tanto rencor.  Ahora que me he visto obligada a odiar a base de golpes, te entiendo perfectamente. Me gustaba eso de que a mi lado no fueras capaz de odiar, echo de menos eso.

Y odio echarte de menos.

2 comentarios:

  1. Más identificada con este texto no puedo estar.Por ahora vamos pasando lo mismo,y aunque se eche de menos creo que lo mejor que se puede hacer es cerrarte como lo estoy haciendo yo.
    Un Saludo :)

    ResponderEliminar
  2. Por suerte el tiempo cura las heridas, o al menos las hace más llevaderas, eso es lo que me digo siempre para sacarme una sonrisa y mirar hacia adelante.

    Un saludo y gracias por comentar :)

    ResponderEliminar