jueves, 29 de julio de 2010

I can't break these walls . . .

Ya es de noche. Yo aún sigo paseando, viendo la ciudad. Vuelvo a pasar por estos parques, las calles aún están mojadas e inundan mi corazón de nostalgia, de recuerdos pasados que deberían estar ya enterrados, hacen que la herida de mi corazón se abra y sangre como nunca antes lo había hecho. Y es que hoy ha sido el final del principio. No sé porqué sufro, porqué lloro. No entiendo este mal que me atormenta. Debería estar feliz, sonriendo, pero no. Estoy llorando por ti. Porque no puedo vivir sin ti, eres la luz que me protege, que siempre ha estado ahí y no he sido capaz de ver. Hoy... Hoy ha sido un día demasiado duro para mi. Un día en el que mis sentimientos han salido, se han destapado y me han mostrado la verdad que siempre traté de esconder. ¿Cómo no pude darme cuenta antes? No lo entiendo, el amor es algo "fácil" de detectar. Pero... ¿Por qué te quiero desde hace tanto tiempo y me doy cuenta ahora? Quizá empecé a quererte ahora.

Mi cabeza no para de dar vueltas, mi corazón no para de latir. Pero, sobre todo esto hay algo que levanta una barrera demasiado alta entre nosotros dos. Ese algo me ha hecho reaccionar, me ha hecho decir no. No pienso hacer el mismo daño que me han hecho a mi. Es algo que no entra ni en mis planes ni en mi corazón.

Fingir que todo está bien, no ha pasado nada entre nosotros, es lo mejor para los dos. Debo tratar de olvidarte, o quizá esperar. Al fin y al cabo el tiempo tiene la última palabra, como siempre. Quizá sólo seas otra decepción más que añadir a la lista, o quizá el éxito definitivo.

En esto y más pensaba mientras me sentaba en un banco lo suficientemente húmedo como para calarme los huesos, del que tras un rato me levanto para continuar mi paseo. Para seguir dándole vueltas a mis mente, intentando buscar una forma de arreglar esto, de esconder, tapar, romper, destruir estos sentimientos encontrados. Pero ¿cómo hacerlo?

- Realmente desearía que el amor no existiera de verdad -digo, mientras una lágrima resbala por mi mejilla
- Quizá es bueno que no exista, pero ¿acaso debemos destruir algo tan bonito, tan puro? El amor no está hecho para ser destruido, es lo suficientemente fuerte como para aparecer cuando menos lo esperas y quedarse, quizá para siempre - dice una voz a mi espalda.

Me giro rápidamente y le veo. Se acerca y me seca las lágrimas, mis mejillas se han vuelto de un color rojo intenso, y él sonríe al verlas. En cuanto sus manos entran en contacto con mi piel me siento tan bien que no quiero que las separe jamás. Pero aún así me alejo de él. Necesito mirarle directamente a los ojos.

- A veces las cosas no son tan fáciles como las pintan - le digo conteniendo las lágrimas.
- Quizá sólo es que nos parecen difíciles. Podríamos hacerlas mucho más fáciles aún -dice mientras acerca su cara a la mía.
- No puedo. No puedo romper este muro, ¿crees que si tuviera fuerzas no lo haría? Pero no las tengo, me falla la voluntad, no me gusta hacer daño.


Es lo único que puedo hacer, no pienso luchar contra un imposible. Y en caso de que fuera posible, no pienso hacer daño a nadie. Así que me retiro a mi guarida, lamentándome en silencio por no tener valor suficiente como para seguir adelante sin mirar más que por mi propia felicidad.

Y me voy. Probablemente para siempre.

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