lunes, 30 de agosto de 2010

dancing in the moonlight

"Ahora o nunca", me dije. Le miré a los ojos directamente y le susurré:
- ¿Sabes qué es lo único que te voy a pedir? Quiero que me quieras, de verdad, con el corazón. Y si me concedes esto... Me tendrás. Para siempre.
- ¿Acaso aún dudas de lo que siento por ti? Te amo, más que a nada en el mundo. Eres todo lo que siempre he buscado y más. No quiero que te vayas de mi lado. Pero, si algún día has de hacerlo, que sepas eres libre de ello. No voy a atarte a mi ni mucho menos. Al fin y al cabo, amar no es amarrar.
- No te haces una idea de cuánto te amo. Quizá soy demasiado egoísta, ya que no podría alejarme de ti ni un segundo. No podría darte libertad porque no imagino mi vida sin ti.

Y con un beso, se cierra el telón.

¿Crees que es perfecto, verdad? ¿Que todo está dicho, que aquí es donde empieza una bonita historia? Las historias son bonitas mientras duran, aunque hay veces que se convierten en tu pesadilla y deseas que acaben cuanto antes. No todas las historias acaban bien. No todas son cuentos de hadas. Y esta no es una de ellas. Porque todas las historias tienen un final.

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