Que sí que sí, ¡sorpresa!
No has descubierto la pólvora, pero has descubierto que eres inmensamente estúpido. Pero claro, qué se va a esperar de alguien con un cerebro tan pequeño. Puede que me hayas hecho daño, pero eso ya me da igual.
Porque tú me das igual.
Hoy vuelvo a verlo todo mejor, más bonito, con distintos colores, mucho más vivos. Porque tú me das igual.
Y es que no todo en esta vida es gris si sabes dónde mirar.
- Te necesito... -me susurró.
- Oh! Yo a ti no -hago uso de una de mis sonrisas más sarcásticas para fastidiar.
- Siempre me decías que me querías...
- Qué pena, ya no te quiero.
- ¿Por qué?
- Porque todos mis sentimientos hacia ti han muerto, los has matado.
Enfrié mi odio hasta convertirlo en indiferencia.
- Te necesito... -me susurró.
- Oh! Yo a ti no -hago uso de una de mis sonrisas más sarcásticas para fastidiar.
- Siempre me decías que me querías...
- Qué pena, ya no te quiero.
- ¿Por qué?
- Porque todos mis sentimientos hacia ti han muerto, los has matado.
Enfrié mi odio hasta convertirlo en indiferencia.
me gusta la última frase
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